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  • PATRIMONIOS INCÓMODOS

MONUMENTO A LOS CAÍDOS  DE PAMPLONA

 

Introducción

Los memoriales de las guerras, los héroes y las victorias son símbolos que pretenden perpetuar el pasado en nuestras vidas. Una imposición icónica de la conexión entre pasado y presente. Ese tipo de monumentos querían implantar un tipo de recuerdo, un “permanente Napoleón” que nos evoque el heroísmo de la historia como fruto de nuestros orígenes.

Por otro lado, existe otro camino para conmemorar el pasado en el presente y el presente propio: el trabajo de memoria. Un trabajo que combina la práctica cotidiana con el análisis crítico, teórico e histórico del pasado que continúa entre nosotros. Se trata de un trabajo interdisciplinario y sistemático que nos permite cambiar las visitas “monumentales” y “anticuadas” por una aproximación crítica y analítica de los viajes históricos.

En lugar de conmemorar muertos heroicos, batallas, triunfos de victorias sangrientas, de las recientes guerras modernas o de obscenas dictaduras, debemos dar una oportunidad para vivir el testimonio del combate a favor de la abolición de las guerras, los totalitarismos y los conflictos.

Al mismo tiempo, el lugar debe transmitir conocimiento crítico, la experiencia del aprendizaje a través de la pedagogía pública y ciudadana de la sociedad que crece en paz y democracia, pero no ignorante. Es complejo, conflictivo y poco consensual actuar o abordar estos temas en espacios, monumentos o edificios hijos de la barbarie, de la antidemocracia y de la ocultación de la realidad histórica. Una realidad que esconde y alberga la incomodidad de la violencia entre vecinos y familias. Una historia que remueve injusticias de una sociedad tensa y vengativa, donde fue más fácil matar que sobrevivir. No es fácil actuar en esas circunstancias, pero el tiempo, la justicia y la decisión política deben ejercer el derecho a recuperar el pasado en aras de la democracia, del presente y del futuro.

Por ello, el monumento a los Caídos de la ciudad de Pamplona, es un icono monumental que nos permite analizar y nos tendría que permitir actuar a favor de esa experiencia y aprendizaje. No ya por nosotros -que todavía queremos y debemos aprender mucho de los errores del pasado-, sino por el arduo hecho de que nuestra única misión en esta sociedad es procurar dejar un mundo mejor, más libre y más justo del que lo hemos encontrado.

Jordi Guixé, Observatorio Europeu de Memorias (EUROM)
Febrero, 2018

Los Caídos / Erorien Monumentua

…NADIE SABE NADA…

En 2019, unas jornadas internacionales organizadas por el Ayuntamiento de Iruña dan paso a un concurso de ideas para resolver el futuro del monumento. En el informe elaborado por Guixé en el marco de estas jornadas 1 se apostaba por trabajar a diferentes escalas: una permanentemente participativa con la sociedad local/foral y otra intermitente con expertos y responsables a nivel nacional e internacional. (Guixé, 2018)

Asimismo, consideraba que se debía trabajar paralelamente en distintas dimensiones: en el nivel semiótico en cuanto a nombres y símbolos; en los usos cívicos de un nuevo equipamiento de referencia internacional; en la superación del concepto de barrera urbana a través de la generación de un mirador a la ciudad.

Para desarrollar estos planos de trabajo, el informe proponía un Plan de actuación y de gestión de un nuevo equipamiento: un Memorial de Cultura Contemporánea, entendido como herramienta o instrumento de desarrollo de políticas públicas culturales de memoria. Basado en los siguientes ejes de trabajo:

    • La superación y análisis del pasado desde una mirada distanciada y contemporánea.
    • La superación de la imposición de la cúpula con la construcción de un nuevo prisma arquitectónico envolvente. Un andamiaje de hierro accesible, mirador y atractivo de la ciudad cuyo efecto transforme íntegramente la fisonomía arquitectónica del conjunto sin derribar sus piezas (véase en adelante el proyecto de Wodiczko para el Arco de Triunfo de París y su aplicación en Caídos).
    • Centro internacional para el desarrollo de políticas públicas de memoria y garantía del derecho a la verdad, la justicia y la reparación.
    • Centro de Documentación Internacional sobre el Franquismo y los regímenes dictatoriales, en contacto con redes transfronterizas.
    • Centro de Entidades de memoria de Navarra, con la participación de la sociedad civil.
    • Museización pedagógica de los símbolos desactivados con visitas guiadas de profesionales (especialmente a la cripta y a la cúpula).

 El proyecto requería de diversas fases de trabajo, siendo la primera la de investigación y catalogación exhaustiva a nivel arquitectónico e iconográfico del conjunto monumental; así como la eliminación y museización de la simbología franquista y católica del exterior. La segunda fase incidía en la desactivación del monumento y sus símbolos, como proceso intermedio para la desacralización del conjunto monumental. La tercera requería de la alteración íntegra del monumento como hito en el paisaje, pero también en su interior: con la reapertura del óculo de la cripta.

Mientras tanto, el informe insistía en la necesidad de accionar el debate público sobre el conflicto memorial mediante los lenguajes del arte contemporáneo.

 

Tentsioak

A modo de intervención y gestión del “mientras tanto”, presentamos una idea que hemos llamado Tentsioak en referencia a las tensiones sociopolíticas que radian este tipo de monumentos incómodos.

Tensionak es una primera desactivación simbólica, efímera y contundente, asociada a un proceso necesario de debate público. Una propuesta de intervención sobre el Monumento a los Caídos con la que poder articular un proceso cívico que resulte, en el futuro, en un sitio transformado como polo positivo de valores democráticos, culturales y humanistas.

En el proyecto que proponemos, destacamos la imposición del monumento en el paisaje, ahora teñido de una iridiscencia roja: símbolo de conflictos irresueltos, de violencia y de contrapoder ideológico. El monumento trasciende temporalmente su dimensión simbólica para convertirse en un haz de luz llamativo que impacta en el paisaje de la ciudad. Es el propio edificio el que llama a ser resignificado y debatido públicamente. Su transformación en faro implica a la ciudadanía en su conjunto, que es interpelada con respecto a las tensiones memoriales a las que está sometido el lugar. El paisaje lumínico promueve una nueva lectura del monumento: de sus valores, connotaciones y potencialidades de futuro.

La dimensión efímera de la propuesta está pensada para acompañar jornadas de debate y acción interdisciplinares que promuevan el avance en una solución participada y cimentada en procesos de reflexión anteriores.

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