El Observatorio Europeo de Memorias (EUROM) y el proyecto Arte Público y Memoria de la Universidad de Barcelona coordinan esta exposición itinerante sobre la represión simbólica del franquismo. La muestra se presenta en el interior de un contenedor de madera con el objetivo de interpretar la violencia real y simbólica del franquismo devolviendo temporalmente estos elementos al espacio público en un nuevo contexto y como algo ajeno a una sociedad democrática, sin ambigüedades sobre su iconografía fascista.

La represión de la dictadura Franquista adoptó muchas formas a la hora de hacerse presente en las ciudades. Una de ellas era el uso extensivo de la simbología fascista, la cual establecía una jerarquía de control territorial. Esto se hacía visible en los nombres de calles, en las placas de vivienda, los monumentos, y muy especialmente en los espacios de control y represión del régimen. Muchos de estos elementos han desaparecido, han sido eliminados, almacenados o bien resignificados durante la democracia.

Algunas ciudades como Barcelona comenzaron a retirar la simbología franquista y reemplazar los nombres de calles más explícitos en los años 80, pero en la segunda década de 2000 todavía había placas y algunos monumentos conmemorativos para ser retirados o interpretados. En otras ciudades españolas, este trabajo comenzó a desarrollarse más recientemente.